This is all my fault !

Sentí mucho frío, y todo lo que escuchaba se distorsionaba de tal modo que no era capaz de distinguir, entre el juego de voces a ninguno de mi familia. Permanecí abrazada a mis rodillas, con un pequeño balanceo… alguien y no se quien era, acariciaba mi cabello, formando distintas figuras en la nuca. Parpadee de tal forma que mis ojos fueran captando los escenarios con mas nitidez, y ahí estaban, 4 pares de ojos dorados posados en mi, seguían mis movimientos y contaban mis respiraciones. Me senté aun perdida, y me encogí de hombros, mire a mi alrededor una vez mas reconociéndolos cuando…

Relaje mi tensa mandíbula
Destiny: ¿Donde esta Alice?- dije con desesperación, parándome del suelo
Carlisle: Ella…- miro al suelo y el silencio lo consumió
Esme: Hija ella esta en su habitación
Destiny: ¿Que ha pasado?
Bella: Te desvaneciste… Jazz te mantuvo por mucho tiempo estable, pero sus fuerzas se han agotado y Alice cuida de Él…
Suspire

Destiny: Esto es mi culpa- articulé y caí de rodillas
Carlisle: No, no lo es… escúchame hija, todo esta bien, no hay de que preocuparse- se acerco, pero yo me puse en posición de ataque
Destiny: No! No es así, todo esto esta mal, tengo que irme cuanto antes, lo único que les estoy haciendo es daño- termine de hablar y desaparecí en un abrir y cerrar de ojos, por la ventana.

Tenia todo preparado, mi maleta que contenía toda mi ropa… no seria necesaria pero tenia que mantenerme a salvo y parecer normal, me subí a mi Ferrari plateado año 2009 lo encendí con rapidez, el motor ronroneo con gran estruendo, escuche a Alice desde la habitación gemir de tristeza, mire hacia su pieza y luego baje la vista colocándola al frente, apreté a fondo el acelerador, esfumándome entremedio de los árboles. Tome la vía contraria a los Ángeles, alejándome lo más que pude de mi casa, no soportaba haberles causado tantos problemas, tantas confusiones… me detuve por un par de minutos en la carretera con la vista perdida como si el horizonte hubiera desaparecido, desde atrás se escuchaba el estrépito de las bocinas que sonaban sin parar, gruñí y me puse en marcha otra vez.